A día de hoy, la OMS y el Ministerio de Sanidad no contempla entre sus recomendaciones el uso del ozono.
Consecuencia de la actual crisis sanitaria, el ozono -actualmente utilizado como tratamiento de desinfección frente al coronavirus en vehículos, edificios, etc.- ha resurgido como sustancia desinfectante.
Pese a ello, el Ministerio de Sanidad y la Organización Mundial de la Salud (OMS) no contempla a día de hoy el ozono entre las recomendaciones para la desinfección, advirtiendo que, al igual que otros biocidas, el ozono:
- No se puede aplicar en presencia de personas.
- Los aplicadores deben contar con los equipos de protección adecuados.
- Al ser una sustancia química peligrosa, puede producir efectos adversos. En el inventario de clasificación de la ECHA (Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas) se notifica la clasificación de esta sustancia como peligrosa por vía respiratoria, irritación de piel y daño ocular.
- Se deberá ventilar adecuadamente el lugar desinfectado antes de su uso.
- Puede reaccionar con sustancias inflamables y puede producir reacciones químicas peligrosas al contacto con otros productos químicos.
En ese mismo sentido, el Colegio de Biólogos de Catalunya recuerda que para que el ozono sea efectivo contra los virus, se precisan de unas concentraciones que resultan tóxicas para los humanos.
En concreto, para llegar a inactivar los virus, las concentraciones de ozono deben ser del orden de 20 partes por millón, siendo el ozono tóxico para las personas a partir de 0,6 partes por millón. Como consecuencia, la normativa establece que los equipos de ozonización no deben superar las 0,05 partes por millón, convirtiéndose el ozono, así, en un método ineficaz contra el coronavirus y otros virus.
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Fuente: Madrid Salud y La Vanguardia